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FALACIAS, FALSEDADES Y OTRAS FALLAS
14 Sep 2019

FALACIAS, FALSEDADES Y OTRAS FALLAS

Post by Federico Elenes

Respecto a la crisis del desabasto:

Cerrar el abasto de combustible es una reverenda estupidez.

Va más allá de inconveniencias, de pérdida de tiempo.

Es poner en jaque una cadena de suministros.

Es quitarle el sustento a un número considerable de personas.

Es, simplemente, darle en la madre al país.

En qué cabeza cabe…

Pues tal parece que en la de nuestro flamante presidente López Obrador.

Los llamados a la paciencia, a la comprensión, son, digo yo, un insulto. ¿Quién te repone diez horas esperando a que te llenen tu tanque?

¿La explicación, o justificación, más bien, de tan peregrina idea?

Combatir el robo al combustible, la ordeña de ductos, el llamado huachicoleo. Es una acción incontrovertible, en y de por sí. Solo que, para actuar contra ladrones, tienes que detener ladrones. Cualquier otra cosa es puro güiri güiri, mucho ruido sin nueces. Tenemos una política contra maleantes que afecta a la ciudadanía, sin detener, hasta ahora, ni un solo maleante.

Es difícil defender una política tal. El mismo Presidente, como suele hacer, simplemente se mantiene en sus trece a la vez que se le cansa el ganso, y anuncia que no cederá a presiones. En Twiterlandia, los chairos echan mano de dos argumentos, ambos falaces. El discurso político en todas partes está repleto de falacias, y México no iba ser la excepción.

Uno es que o se tiene gasolina (se abren los ductos) o se combate al huachicoleo. Se reducen las posibilidades a solo dos. Es la falacia de la falsa disyuntiva. Esta es una de las formas más comunes con las que los políticos defienden sus malas políticas. De lo contrario, se tienen que sentar a pensar en estrategias congruentes. Más conveniente les resulta lanzar una ocurrencia, inviable a ojos imparciales, o cuando menos serenos, y cuando se señala lo impracticable de la propuesta, se acusa a los críticos (que no es lo mismo que oponentes) de estar a favor de lo que se supone están combatiendo: el robo de combustible, en nuestro caso. La inmigración ilegal, en el caso de Trump y su famoso muro.

Esto lleva a la otra falacia, el ataque ad homimen, donde la crítica se hace a la persona y no al argumento. En México, esta falacia la elevamos casi a la categoría de un arte. De esta manera, si te opones al desabasto es que eres egoísta, no estás dispuesto a sacrificarte, eres un comodino, etc. No falta, desde luego, la acusación multiusos: estás resentido contra AMLO. Quizás por fifí, quizás porque no ganó tu candidato, o fuiste de la Mafia del Poder, lo que sea. Típicamente, va adornada con un toque de condescendencia: edúcate, infórmate, se objetivo. La definición de objetivo, en este caso, es aquel que coincide conmigo. Recuerda a una frase de ese genio olvidado, Enrique Jardiel Poncela: que hombre tan inteligente, piensa igual que yo. Pero, ingenioso o no, respetuoso o condescendiente, es una falacia. No se resuelve el tema a debatir.

Por otro lado, hay reportes de que la situación pudiera no ser la que dicen nuestras autoridades. Me refiero al reporte del Wall Street Journal de que se recortaron las importaciones de crudo ligero. Cuestionado, AMLO dijo que “no eran serios”. ¿Suena familiar? Doña Falacia se asoma otra vez.

Jorge Castañeda lanza esta hipótesis:…primero vino la decisión presidencial de suspender las importaciones de petróleo crudo ligero, que se mezcla, sobre todo, en la refinería de Tula, con el pesado mexicano Maya. Por razones ideológicas, anímicas, históricas y ecológicas, López Obrador tomó la decisión a finales de noviembre y principios de diciembre de reducir dramáticamente, como informó The Wall Street Journal, las importaciones de crudo ligero… Para la tercera semana de diciembre se vislumbraba una situación crítica de desabasto, y fue esa la que provocó la decisión del cierre de ductos y de echarle la culpa de todo al huachicol, o la guerra contra el mismo. Primero vino el desabasto, por razones políticas; después, la decisión de la guerra y el cierre de ductos,improvisada y precipitada… En esta hipótesis, la guerra contra el huachicol se adelanta como cortina de humo; no por valentía, combate a la corrupción ni nada por el estilo. Se parece mucho a la guerra de Calderón contra el narco: la violencia no provocó la guerra; la guerra provocó la violencia. Aquí, el desabasto provocó la guerra; la guerra no ha sido un costo inevitable y aceptable de la guerra.

https://jorgecastaneda.org/notas/2019/01/14/la-tormenta-perfecta-de-pemex/

Sospecho que Castañeda quiso decir “el desabasto no ha sido un costo inevitable…” Pero creo que ilustra bien la situación actual.

Que Pemex es una cloaca es algo que todos sospechamos. Ha sido intocable a través de los sexenios. ¿Será AMLO el David que se enfrente a ese Goliat? No parece ser. Uno de sus puntos centrales ha sido defender el statu quo del petróleo en México. No se engañen, queridos conciudadanos: el petróleo no es nuestro. Le pertenece, junto con Pemex, a una camarilla de funcionarios oficiales y sindicales. Aquí hay que entender un punto que me parece muy fundamental: el robo y la corrupción, huachicoleo incluido, están íntimamente ligados a la naturaleza monopólica de Pemex, la cual defiende AMLO, al grado de tachar de traidores a la patria a quienes la cuestionan. Que el petróleo en el subsuelo pertenezca a la Nación, válido. Que tenga que haber un monopolio de distribución, no veo razón. Que el sindicato de Pemex controle dos tercios de las pipas es cuestionable. En este sentido fue un avance que se permita la distribución de gasolina por otras empresas, así sean extranjeras, como Mobil. Que, aclaro, no es ni remotamente santo de mi devoción. Pero tampoco lo es Pemex.

Hay una cuestión más alarmante: una investigación de la periodista Ana Lilia Pérez https://www.elmananerodiario.com/cartel-negro-ana-lilia-perez/ alerta sobre la infiltración del crimen organizado en Pemex. No sorprende: el hambre se junta con las ganas de comer; dentro de la corrupción se instalan los archi-corruptos. Entonces, provocar desabasto es una estrategia aún más delirante, porque el crimen organizado florece en el caos y la escasez: tu coca y tu tambo de gasolina en un paquete premium.

Además, florece en la impunidad, la gran cruz de México, la causa de fondo de nuestra violencia y corrupción. No se puede insistir demasiado en este punto. Triste: no veo que este gobierno avance en ese sentido, con todo y cartilla moral.

Sé que he pintado un cuadro desolador. Pero en el fondo soy extrañamente optimista: veo nubes acumularse, siento el viento arreciar y los truenos retumbar, y como quiera espero que la tormenta pase sin demasiados estragos. Por lo pronto, aguardo a que AMLO atrape algún malvado. Pudiera ser. Entonces, pero solo entonces, comenzaré a creer en la Guerra contra el Huachicoleo y la Cuarta Transformación.

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